La Clorosis Estival en Bonsái
La Escola de Bonsai Menorca recomienda los abonos específicos para bonsái
Ya que ha habido varias consultas sobre el mismo tema, he considerado conveniente explicar resumidamente el proceso por el que se producen clorosis estivales.
En verano, ciertas especies suelen protegerse de la intensa evaporación endureciendo la cutícula de sus hojas, haciéndolas más y más coriáceas. En bonsái esto no suele ocurrir, ya que regamos habitualmente los árboles de modo que no sufren ningún estrés hídrico, que es el causante de la aparición de hojas coriáceas.
Otras especies de hoja caduca, paran totalmente su crecimiento al llegar la época estival. En bonsái, las hacemos crecer más tiempo de lo que harían en la naturaleza a base de riegos y de protegerlos del intenso sol con algún tipo de sombreo.
Una vez expuestos los antecedentes, vayamos a estudiar el comportamiento de ciertos bonsái en verano;
La circulación del agua en las plantas es fundamental para su crecimiento, ya que en ella van disueltos todos los nutrientes, pero además interviene en procesos de evapotranspiración, y a mayor insolación, mayor consumo de agua.
Este aumento de consumo no lleva implícito un mayor consumo de nutrientes, sino que se usa el agua para combatir la insolación, las altas temperaturas o la baja humedad ambiental.
Por lo tanto en verano, hay una parte del agua consumida destinada a compensar la evapotraspiración.
En el caso de que las hojas no estén preparadas para un exceso de insolación (si no han endurecido su cutícula, o siguen creciendo nuevos brotes cuando no deberían hacerlo), el agua es absorbida con enorme rapidez y consumida igualmente, pero esta velocidad impide que pueda mover los nutrientes dentro de la planta, y a causa de ello se producen “síntomas” de deficiencias en las hojas y brotes jóvenes.
He destacado lo de “síntomas”, ya que en el suelo no hay carencias de nutrientes, lo que ocurre es que la planta no los puede absorber, ya que destina todo su esfuerzo en reponer el agua consumida.
Esto puede ocurrir en solo algunos ejemplares de una misma especie, mientras los otros mantienen un buen color. Se debe a la calidad del suelo, y sobre todo, a la calidad de las raíces. Cuantos más capilares tengan las raíces, mayor efectividad a la hora de suministrar agua y nutrientes a la planta, en cambio un sistema radicular deficiente o mal formado, no podrá hacerlo correctamente en condiciones de sol, calor y sequedad extrema
Para combatirlo, no sirve abonar con correctores, quelatos, etc. Ya que lo único que hacemos es aumentar la presión osmótica del agua que envuelve a las raíces, dificultando su absorción.
En casos como estos, lo mejor es hacer tratamientos vía foliar, respetando las disoluciones que el fabricante recomiende.
No es recomendable aplicar solo quelatos de hierro, que sería lo más habitual, sino un complejo que contenga varios microelementos además de nitrógeno, que hará recuperar el aspecto saludable en pocos días.
Autor: Antoni Payeras