Ácidos húmicos y fúlvicos en bonsái

Ácidos húmicos y fúlvicos en bonsái

Para hablar de los ácidos húmicos y fúlvicos, debemos hablar de la materia orgánica en el suelo.

Desde los orígenes de la agricultura, son reconocidos los beneficios que la materia orgánica aporta a la productividad de los suelos. Estos beneficios han sido sujeto de controversia durante siglos, y en algún caso, todavía lo siguen siendo.

Muchos de los efectos de la materia orgánica han sido muy bien documentados científicamente, pero en algunos casos, están tan íntimamente asociados a otros factores  del suelo, que es difícil atribuirlos en exclusiva a la materia orgánica. De hecho, el suelo es un sistema complejo (aunque su composición sea exclusivamente de Akadama), multicomponente, con interacción entre los diferentes materiales que lo componen, y sus propiedades son el resultado de estas interacciones.

Uno de los mayores problemas es la ambigüedad a la hora de definir las sustancias húmicas. Desgraciadamente, la terminología no está siendo utilizada de una forma consistente (ej, el denominado “humus” de lombriz). El término humus es, en demasiadas  ocasiones, utilizado como sinónimo de la materia orgánica, para referirse a toda la materia orgánica presente en el suelo, incluido los ácidos húmicos. En la actualidad, en el ámbito científico de la edafología, el termino humus se utiliza sólo para las sustancias húmicas.

Por tanto, aunque el humus forma parte de la materia orgánica del suelo, no toda la materia orgánica es humus, ni sus efectos en el suelo y las plantas es igual. Se considera humus a la parte estable y difícilmente degradable de la materia orgánica del suelo.

La materia orgánica en el suelo se podría dividir de la siguiente forma:

Tabla 1

Componentes orgánicos del suelo:

Son los organismos vivos y sus restos sin descomponer, parcialmente descompuestos  y descompuesto completamente, así como productos de su transformación.

Organismos vivos:

Edafón: insectos, bacterias, algas, hongos, etc., junto con las raíces.

Materia orgánica:

Componentes no vivos que forman una mezcla heterogénea compuesta en gran parte por los productos resultantes de las transformaciones microbianas y químicas de residuos orgánicos.

Productos inalterados:

Productos frescos y no modificados de residuos antiguos  (principalmente celulosas y ligninas)

Productos alterados:

Son productos que no mantienen similitudes físicas y/o químicas con los materiales de los que proceden. Estos productos transformados se conocen como productos procedentes de la “humificación”

Sustancias no húmicas:

Compuestos pertenecientes a productos bioquímicos como pueden ser:

  • Aminoácidos
  • Lípidos
  • Carbohidratos

Sustancias húmicas:

Una serie sustancias de peso molecular relativamente alto,  y de color marrón a negro formadas por reacciones de síntesis secundarias. El término se usa como un nombre genérico para describir el material oscuro o sus fracciones obtenidas sobre la base de características de solubilidad:

  • Ácidos húmicos
  • Ácidos fúlvicos
  • Huminas

Ácidos Húmicos

Los ácidos húmicos y fúlvicos son complejas agrupaciones macromoleculares en las que las unidades fundamentales son compuestos aromáticos de carácter fenólico procedentes de la descomposición de la materia orgánica y compuestos nitrogenados, tanto cíclicos como alifáticos sintetizados por ciertos microorganismos presentes en suelo.

Moléculas precursoras son aquellas de las que creemos proceden las sustancias húmicas. Su número es muy grande y el número de combinaciones distintas en que pueden reaccionar entre ellas es astronómico.

Es importante destacar que no existen límites definidos entre los ácidos húmicos, fúlvicos y las huminas. Todos ellos son parte de un sistema supramolecular extremadamente heterogéneo y las diferencias entre estas subdivisiones son debidas a variaciones en la acidez, grado de hidrofobicidad (contenido de restos aromáticos y alquílicos de cadena larga) y la autoasociación de moléculas por efectos del azar.

Las sustancias húmicas se clasifican según solubilidad en diferentes soluciones ácidas y alcalinas.

Tabla 2

Tabla 3. Contenido en ácidos húmicos y fúlvicos en diferentes materiales
Material Ácidos húmicos Ácidos fúlvicos
Leonardita/Humatos 40 85
Turba negra 10 20
Carbón bituminoso 10 30
Estiércol 4 15
Compost 2 5
Tierra jardín 1 5
Lodos de depuradora 1 5
Carbón 0 1
Humus de lombriz* 2.8 1.5
* Como ya hemos comentado al principio del artículo, existen algunas sustancias cuya denominación tiende a la confusión. Entre ellas destaca el denominado “humus” de lombriz, que como podéis ver, su contenido en materias húmicas es parecido al compost que se utiliza para su producción.

Éste es un producto absolutamente desaconsejable en bonsái, ya que si bien aporta materia orgánica al suelo, y una pequeña porción de sustancias húmicas, su alto contenido en lodos acabará compactando el suelo con la consiguiente asfixia radicular.

 

Tal como se puede ver en la tabla n 3: , existen un gran número de materiales que pueden ser considerados fuentes de ácidos húmicos y fúlvicos.

De todos ellos, la Leonardita es con claridad el mejor producto base para su obtención.

Qué es la Leonardita?

De hecho es una sustancia terrosa, blanda, de color marrón oscuro carbonosa, asociada al lignito. La Leonardita es una materia orgánica que no ha alcanzado el estado de carbón, en el proceso de transformación, o fosilización de residuos vegetales (vegetal>turba>carbón).

La diferencia entre la Leonardita y otras productos que contienen sustancias húmicas, es su extrema bioactividad debida a su estructura molecular. La actividad biológica es unas cinco veces mayor que cualquier otra materia húmica.

En cuanto a su formación, se remonta a la era carbonífera del Paleozoico, cerca de 280 millones de años atrás. Y se llama así en homenaje al Dr. A.G. Leonard, el primer director del Servicio Geológico del Estado de Dakota del Norte y primer científico que estudió las propiedades de una sustancia que, en aquella época,  suponía un residuo de las minas carboníferas, y  que a la postre, resultó ser la mayor fuente de sustancias húmicas conocida.

Las sustancias húmicas forman un complejo sistema de macromoléculas cubriendo un amplio rango de pesos moleculares. El intervalo usual para los ácidos húmicos es del orden de 50.000 a 100.000 con algunas moléculas, pocas, que exceden los 250.000. Para los ácidos fúlvicos el intervalo típico va de 500 a 2.000.

El contenido en carbono de los ácidos húmicos es mayor al de los ácidos fúlvicos. De un 50 a un 60% y de un 40 a un 50% respectivamente.

El contenido en nitrógeno generalmente es mayor también en los ácidos húmicos, de un 2 a un 6%, y de un 0.8% a un 3% en los ácidos fúlvicos.

El contenido en oxígeno es mayor en los ácidos fúlvicos que los húmicos: de un 44 a un 50% y de un 30 a un 35% respectivamente.

La acidez total es mucho mayor en los ácidos fúlvicos que en los húmicos: de 6,4 a 14,2 meq/g en los ácidos fúlvicos y de 5,6 a 7,7 meq/g en los húmicos.

La reactividad de los ácidos húmicos y fúlvicos se debe básicamente a un alto contenido en grupos funcionales oxigenados.

El contenido en grupos funcionales oxigenados en los ácidos fúlvicos parece ser mayor que en cualquier otro polímero orgánico presente en la naturaleza.

Tabla 4
Sustancias húmicas

(Polímeros pigmentados)

Ácido fúlvico Ácido húmico Humina
Amarillo claro Amarillo oscuro Marrón oscuro Gris        oscuro Negro
  Incremento de la intensidad del color  
  Incremento del grado de polimerización  
2.000 Incremento del peso molecular 300.000
45%   Incremento del contenido en carbón 62%
48%   Disminución del contenido en oxígeno 30%
5 meq/g   Aumento del Ph 14 meq/g
    Disminución del grado de solubilidad  
    Incremento de la capacidad de cambio catiónico *  
    Incremento de la capacidad de retención de líquidos *  
* En estos dos aspectos, aumentan en los ácidos húmicos, y vuelven a decrecer en la humina

Ácido fúlvico

Fúlvico procede de la palabra “fulvus”, amarillo, en referencia al color que suelen mostrar.

Los efectos de los ácidos fúlvicos son visibles principalmente en la parte subterránea de las plantas, ya que poseen un extraordinario poder estimulante en la raíz. Por esta razón son utilizados como enraizantes.

Poseen la capacidad de formar quelatos con otros elementos nutritivos, aumentando su biodisponibilidad por la planta.

Ácido húmico

Los ácidos húmicos actúan directamente sobre la nutrición de la planta.

Liberan nutrientes fijados en el suelo, estabilizan el Ph, aumentan la permeabilidad del suelo y su aireación, poniendo a disposición de las raíces más CO2 para su correcta respiración.

Produce agregados con otras partículas inorgánicas, evitando el encharcamiento del suelo.

Aumenta la capacidad de retención de agua (por adherencia) y la capacidad de cambio del suelo.

Evita la retrogradación del fósforo y la potasa formando humatos y humofosfatos, mejorando el estado nutricional de la planta.

Capacidad de cambio catiónico

Para ver las ventajas de los ácidos húmicos en bonsái, debemos entender qué es la capacidad de cambio de una materia en el suelo.

Ciertos materiales coloidales como pueden ser las arcillas y algunas materias orgánicas, tienen la capacidad retener y liberar iones positivos, ya que ambos materiales están cargados negativamente.

Estos materiales atraen eléctricamente los iones, fijándolos en su superficie. Las raíces, al absorber iones de la solución del suelo, generan un intercambio constante desde las partículas coloidales. Cuanta mayor capacidad de cambio tiene un suelo, mayor es su fertilidad. Las arenas, por ejemplo, poseen una capacidad prácticamente nula, lo que provoca que los nutrientes sean arrastrados con el riego (lixiviación) y deban reponerse constantemente para que entren en contacto con las raíces para su absorción.

El uso de ácidos húmicos aumenta esta capacidad de cambio en dos formas. Una directa, ya que los ácidos húmicos en sí mismos poseen una capacidad de cambio superior al de las arcillas. Y otra indirecta, debido a la capacidad de formar agregados, y así exponer una mayor superficie al intercambio de iones con el medio, evitando que éstos se pierdan por lixiviación con el riego.

  1. Solo Akadama
  2. Akadama + ácidos húmicos

El uso de ácidos húmicos, permite una mayor disponibilidad de nutrientes para la planta, evitando que éstos sean lavados por acción del riego.

Formación de agregados

  1. Granos de Akadama con pequeñas partículas adheridas
  2. Resultado del riego, las partículas se ven arrastradas hasta la base de la maceta, obturando los poros, con la consiguiente asfixia radicular
  3. Akadama y ácidos húmicos. Éstos forman agregados facilitando el drenaje y la circulación de aire entre los granos de Akadama.

En conclusión. Los ácidos húmicos (normalmente se comercializan procedentes de Leonardita y suelen estar compuestos por ácidos húmicos y fúlvicos en una relación 2:1) floculan el complejo arcillo-húmico, haciéndolo más esponjoso e incrementando la aireación y el drenaje. Actúan como agente desbloqueador en los suelos con Ph elevado. Aumentan la disponibilidad de los macro y microminerales.

Su utilización en bonsái es recomendada cuando el suelo presenta algún problema de drenaje, cuando es viejo, o poco poroso.

En suelos nuevos es interesante su utilización si se precisa un mayor desarrollo, especialmente en árboles en formación.

Si el agua de riego contiene carbonatos, ya que formará agregados disminuyendo sus efectos negativos.

Se ha de tener en cuenta que la utilización de ácidos húmicos en bonsái conlleva un gran desarrollo radicular.

La permanencia efectiva de los ácidos húmicos en Akadama después de un tratamiento es de unos dos meses, dependiendo del tipo de agua y frecuencia de riego, por lo que las aplicaciones pueden ser de dos a tres por temporada de crecimiento.

En regiones de frecuentes lluvias, ayudará a mantener el suelo oxigenado a pesar de que éste esté siempre empapado.